• Diariovasco.com
  • Diariovasco.com
  • Web oficial


Goenatxo sigue dando lecciones a los 48 años

Dio trece alzadas a la rectangular de 200 kilos y superó en una a Joseba Ostolaza

SAN SEBASTIAN. DV.

Juan José Unanue, Goenatxo II, demostró ayer, a sus 48 años, en el Velódromo que la edad no es muchas veces obstáculo para conseguir grandes victorias y excelentes marcas. Lógicamente la edad no perdona y la fuerza y la capacidad del deportista disminuye a partir de una edad, pero si uno ha sido un superclase, se cuida, se entrena y es un profesional, todavía puede lucirse y eso es lo que ayer hizo Goenatxo en las Seis Horas de Euskadi.
En una tanda de cinco minutos el harrijasotzaile de Azkoitia igualó trece veces la mole sobre su hombro. Una gran marca que llegó a las previsiones más optimistas del levantador. Durante la semana, Goenatxo había avisado de que estaría entre las once y trece alzadas, y cumplió la mejor predicción de todas.
Se quedó a dos alzadas de su mejor marca y superó en una a Joseba Ostolaza, su rival ayer en el velódromo. Desde la primera alzada se pudo comprobar que Goenatxo tenía algo más de chispa que Ostolaza. En el segundo levantamiento ya cogió por dos o tres segundos la delantera y la diferencia aumentó hasta que pudo meter una alzada más en los cinco minutos de tiempo.
Aguantó bien
Ostolaza no lo hizo mal, nada mal. Se quedó a un levantamiento de su marca en 2007 y aunque iba por detrás marcó de cerca a Goenatxo, a la espera de que el más veterano de los dos harrijasotzailes pudiera flaquear en los instantes finales, pero no fue así. Al contrario Goenatxo controló sus fuerzasy el tiempo de alzadas a la perfección, nunca se le vio flaquear y transmitió una gran seguridad. Al final del desafio Ostolaza se dirigió a Goenatxo y le felicitó, en reconocimiento del gran trabajo del ganador. «El viejo todavía ha demostrado su valía. Ha hecho un gran trabajo».
Goenatxo estaba muy contento de có había competido y de cómo le había respondido el cuerpo. «No está nada mal lo que he conseguido para los 48 años que tengo. Me he sentido muy bien».
El público que se acercó al velódromo reconoció el gran esfuerzo de los dos deportistas con un sonoro aplauso. No era para menos. El esfuerzo que tienen que realizar durante cinco minutos con una mole de 200 kilos dejá fundido a cualquiera. Cada alzada es un enorme esfuerzo donde se dejan gran parte de todas las fuerzas y en los dos últimos levantamientos el harrijasotzaile se vacía. Ostolaza explicaba muy bien lo que siente el harrijasotzaile durante una prueba de este tipo. «A partir de la octava alzada te tiemblan las piernas».