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Meca - Hábitos

Escuchar música y leer libros actividades preferidas

A qué dedicamos el tiempo libre

Mikel G. Gurpegui 26/12/2008

¿Escuchamos tanta música? ¿Leemos tantos libros? ¿Por qué no vamos al teatro?. Personalidades del mundo de la cultura en Gipuzkoa comentan los resultados de un informe que sitúa escuchar música y leer libros como las actividades preferidas.

 
recorrido Olentzero Donostia
Ranking de interés por las actividades culturales
     

Actividades preferidas

Behatokia, el Observatorio Vasco de la Cultura impulsado por el Gobierno Vasco, ha querido dar respuestas o, por lo menos, aportar datos cuantificables, a estas cuestiones. Hace un mes presentó la Encuesta de hábitos, prácticas y consumo en cultura 2007-2008, un amplio estudio con 6.785 encuestados para tratar de fotografiar los hábitos de consumo cultural de los vascos.

Desmenuzamos los principales datos del estudio e intentamos valorarlos mediante las impresiones personales de algunos guipuzcoanos que trabajan en el sector cultural. Aunque muchos de ellos dudan de la exactitud de las estadísticas, ninguno se resiste a comentarlas.

Música. En casa, en el coche o en conciertos, la primera afición

La estadística dibuja la música como la afición preferida de los guipuzcoanos. Es la primera en el ránking de interés, valorada con un 7,3 sobre 10, y escuchar música es la actividad cultural más prácticada. ¿Somos un territorio de melómanos? Según Miguel Martín, programador musical de Donostia Kultura y director del Jazzaldia, «más que melómanos, somos una comunidad de individuos interesados por la música y con una gran curiosidad por conocer nuevas propuestas».

Constata el informe que «la música se escucha mayoritariamente en casa y en el coche. Casi nueve de cada diez personas que escuchan música habitualmente lo hacen en casa y más de cuatro de cada diez lo hacen en el coche. Los más jóvenes disfrutan de la autonomía que proporcionan los nuevo soportes; así, cuatro de cada diez escuchan música en la calle».

¿Y la música en vivo? El 39% de los guipuzcoanos ha ido a algún concierto en el último año, una proporción superior a la de otros territorios de la Comunidad Autónoma Vasca. Más que adjudicar esa superioridad a un mayor número de conciertos celebrados, Martín la achaca a que haya «conciertos de mayor repercusión».

Entre los encuestados, el 41,4% cita «el coste económico» y el 26,7% la «oferta insuficiente» como factores por los que no van a más conciertos. Miguel Martín reconoce que «el coste económico es, efectivamente, elevado a pesar de que la Administración sufraga una parte muy importante del coste de cada concierto. Algo debe cambiar. El hecho de que, habiendo una oferta musical objetivamente muy extensa, el público se queje de 'oferta insuficiente' sólo puede ser valorado como que, estando más interesado por la música que por otras disciplinas artísticas, el público tiene lo que podríamos llamar su 'lista de la compra' y confía en que se atiendan sus gustos, por variados y selectivos que sean».

Lectura. ¿La mitad de la población con el libro en la mano?

La estadística dibuja una Gipuzkoa casi habitada por personas con un libro en la mano. Valoramos el interés de la lectura con un 6,8 sobre 10, sólo superado por la música. Y el 65,5% de los guipuzcoanos decimos haber leído al menos un libro en el último año.

«La impresión evidentemente no puede dejar de ser positiva. Entendemos que leer es una actividad que cada vez está más de moda y que interesa más como alternativa de ocio a la gente», afirma Andoni Arantzegi, presidente del Gremio de Libreros de Gipuzkoa.

Más escéptico es Inazio Mujika, escritor y responsable de la editorial Alberdania. «Mi impresión es que las cifras son demasiado optimistas, algo hinchadas. Hay un lugar común que dice que leer es bueno y puede que algunos encuestados lo digan por quedar bien. Entre la gente con la que me encuentro en las calles y plazas de Euskadi no veo ese 65%. Las encuestas a veces reflejan más voluntades que realidades y no sé si esto son propósitos de Año Nuevo».

El estudio constata que «leen más las mujeres, las personas adultas, quienes tienen mayor nivel de estudios y los habitantes de las capitales». El 45,7% de la población de la Comunidad Autónoma dice que ha leído libros en el último mes.

También refleja la estadística un alto índice de lectura de periódicos (el 66,7% de la población vasca los lee habitualmente), un uso limitado de las bibliotecas (el 17,5% fue a una el último mes) y la existencia de un colectivo de lectores euskaldunes (el 35,7% de la población bilingüe de la comunidad dice haber leído algún libro en euskara el último trimestre). Inazio Mujika destaca el incremento de los lectores euskaldunes. «En los años 30, Orixe decía que tenía contados sus 250 lectores. Hoy en día, de nuestra traducción al euskara de El niño con el pijama de rayas se han vendido 10.000 ejemplares y Anjel Lertxundi agotó en la Feria de Durango la primera tirada de su último libro».

Ambos consideran clave fomentar la lectura en la infancia, «no sólo como un instrumento de aprendizaje y adquisición de conocimientos, sino también como un elemento de ocio y una de las principales herramientas de formación de personas», en palabras del librero Andoni Arantzegi.

Cine. Todavía la primera opción de ocio cultural fuera de casa

El cine sigue siendo la primera actividad cultural que desarrollan los guipuzcoanos fuera de casa, ya que las dos situadas en primer lugar, escuchar música y leer libros, las puede practicar sin salir de su hogar. El 53,1% de los guipuzcoanos asegura haber pisado alguna vez las salas de cine en el último año. Los asiduos parecen ir una vez al mes, concretamente 3,3 veces de media en el último trimestre.

Pese a que las cifras no parecen negativas, y a que podemos consolarnos con el dato de que la asistencia es algo superior a la media europea (53,1% frente al 51%), nadie ignora la tendencia a la baja del rito de acudir al cine. Carlos Plaza, que desde la Unidad de Cine de Donostia Kultura organiza la Semana de Cine Fantástico y de Terror y el Festival de Cine y Derechos Humanos, tiene claro que «la media de asistencia al cine irá bajando paulatinamente en todas partes. La forma de ver cine está cambiando. Se tiende a ver más en casa y menos en las salas. Al final, se irá a las salas a ver cosas muy especiales. Me preocupa como espectador al que le gusta ver cine en una pantalla grande, cada vez menos grande, y al que le gusta disfrutar del rito de ir al cine». La estadística ya indica que el 63% de los habitantes de la Comunidad Autónoma Vasca consumen habitualmente cine en otros formatos, como DVD o vídeos.

Han preguntado a los encuestados qué factores influyen en que vayan menos al cine. El 49,4% de los vascos contestan que la «falta de tiempo» y el 41,8%, el «coste económico». En este punto salta Plaza: «Lo de la falta del tiempo lo entiendo. Lo del precio, sinceramente, no: el teatro puede valer entre 6 y 22 euros; los espectáculos de danza, entre 16 y 42 euros; ir a ver a Antonio Vega o a los Tindersticks, entre 18 y 30; ir a ver pésimo fútbol de Segunda división en Anoeta, 50 euros. El cine es el espectáculo más barato».
Barato y joven. El estudio estadístico detecta que el cine es considerado más interesante por los jóvenes y menos conforme crece la edad, y que el grado de interés por el cine también aumenta conforme sube el nivel de estudios de los encuestados.

Museos. Buenas cifras para un recurso menos llamativo

En el ránking de interés, los museos suspenden, con una valoración de 4,6 sobre 10, pero el 32,6% de los guipuzcoanos afirma que ha visitado algún museo en el último año. Karmele Barandiaran, que desde la empresa K6 gestiona los centros de Oiasso, Zumalakarregi, Igartubeiti y Rezola, admite que «el museo no despierta un interés de primera línea, es menos llamativo que un concierto, pero me parecen muy buenas esas cifras que dicen que el 39,1% de los vascos han ido a algún museo en el último año. Un dato importante, que no encuentro en la estadística, sería saber si han acudido a un museo en su propia población, cerca o de viaje, puesto que la gente tiene asimilado acudir al museo como destino turístico».

Aunque el 42,1% de los guipuzcoanos diga que no suele acudir a museos o no recuerda haberlo hecho, Karmele Barandiaran está convencida de que «el museo continuará. Es algo nuestro, que afecta a nuestra historia, a nuestra memoria, un espacio de sociabilidad que cada vez está ampliando más sus usos».
No encuentra una explicación a la menor asistencia medida por el estudio en Gipuzkoa frente a optros territorios. «La diversidad de los museos de todo tipo que tiene Gipuzkoa es de una gran riqueza».

Teatro. Una oferta coherente y variada en busca de público

El 20,7% de los guipuzcoanos dice haber ido al teatro en el último año. Muchos menos que los que fueron al cine (53,1%), a conciertos (39%) o a museos (32,6%). ¿Constata ese 20,7% una posición secundaria de las artes escénicas? Encontramos dos opiniones contrapuestas. Juan Ortega, director de las Jornadas de Teatro de Eibar y programador del Coliseo, piensa que «en absoluto se podría aceptar que las artes escénicas son consideradas secundarias por los ciudadanos de Euskadi. Las propuestas como el cine o los museos, que obtienen más respuesta, están a disposición del público todos los días, cuentan con unas líneas de difusión más consolidadas... Sin embargo, el teatro goza del mayor prestigio y es más fácil oír referencias a la obra de teatro que vi el sábado que al museo que he visitado».

Ana Pimenta, actriz y directora de la compañía Vaivén, lo ve más negro: «El teatro, por desgracia, ocupa un papel no secundario sino último. Siempre ha sido el hermano bastardillo de las bellas artes. Requiere un esfuerzo, cierto compromiso por parte del espectador y con la tendencia acomodaticia que tenemos en esta sociedad...».

Las personas encuestadas apuntan como factores que les influyen para no ir más al teatro la falta de tiempo (47,1%), el coste económico (31,7%) y el 23,4% cita una oferta insuficiente, algo que molesta en el sector. «La oferta teatral en Euskadi es, con mucho, de las más coherentes y está a niveles europeos», indica Juan Ortega. «La oferta es suficiente y variada -piensa Ana Pimenta-. Y aunque sea tirar piedras contra mi propio tejado, hay más oferta que demanda y demasiadas funciones con treinta espectadores en la sala».
Para la actriz, la publicidad y la educación son instrumentos claves para transmitir a nuevos espectadores que «es más hermoso ver a alguien que suda la camiseta emocionándote, creándote inquietudes y entreteniéndote, que una realidad virtual».

La estadística constata que «la danza tiene un público más fiel» y que las mujeres acuden en mayor proporción que los hombres a los espectáculos escénicos. Ortega propone no obsesionarse con las cifras de asistencia y lanza una pregunta: «¿Se nos ocurre anular un puesto de bomberos porque haya habido pocos incendios?».


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