El creador australiano debuta hoy en en el polideportivo de Donostia. Presenta su nuevo disco ‘Dig!!! Lazarus Dig!!!’, guitarrero y ruidoso.
Nick Cave y su The Bad Seeds estarán en concierto hoy en el Polideportivo José Antonio Gaska. Los teloneros serán los también australianos The Lurid Yellow Mist, bajo cuyo nombre actúa la pareja Dave Graney (voz, guitarra) y Clare Moore (voz, vibráfono).
Las localidades para el concierto cuestan 37 euros y están a la venta en los sistemas de venta de Kutxa (Telekutxa, Servikutxa y www.kutxa.net) y en la taquilla del Teatro Victoria Eugenia.
La gira europea del artista australiano y su banda, en la que presenta su último disco, 'Dig, Lazarus, Dig!!!', arrancó el 21 de abril en Lisboa y llega a la capital guipuzcoana hoy.
No es Nick Cave un artista fácil. Sus textos suelen ser lúgubres, cuando no directamente funerarios, su manera de cantar resulta cansina si se le escucha largamente y mucha de su obra respira una intranquilidad eléctrica no apta para espíritus sosegados. Si a eso se le añade que su calidad de artista de culto le convierte en un músico caro, pero para públicos no masivos, Cave es en consecuencia un proyecto incómodo en fondo y forma.
Esas pueden ser unas razones objetivas para que haya tardado 30 años en debutar sobre un escenario vasco, aunque tampoco es un rockero que haya actuado excesivamente en el mercado español. Lo hará esta noche en un show que ha debido ser organizado por la iniciativa pública, la oficina municipal del Jazzaldia donostiarra.
El concierto, en un inusual jueves laborable, será para algunos cientos de entusiastas una cita inexcusable y aunque no mueva masas es seguro que atraerá a lo más granado del rockerío, ya no sólo guipuzcoano sino de geografías limítrofes. Nick Cave (nacido en Warracknabeal, Australia, en el año 1957) y su habitual grupo, The Bad Seeds, serán precedidos por el dúo mixto Luris Yellow Mist, también australianos.
El oscuro crooner con voz de barítono es permanentemente comparado con clásicos del género como Bob Dylan, Leonard Cohen, Lou Reed, Tom Waits o Scott Walker, aunque posea una obra y unas maneras claramente personales. Cumplió los 50 años de edad el año pasado, vive en pareja al sur de Londres y tiene cuatro hijos, los dos últimos gemelos de 7 años.
Hizo las primeras apariciones públicas en el año 1977, con el grupo The Boys Next Door, que se convirtió tres años después en The Birthday Party. Dieron el salto, primero a Londres y luego a Berlín, para convertirse en una experiencia desgarradamente ruidista y de mensajes rompedores. Compartieron experiencias con el director de cine Wim Wenders y su nombre quedó grabado en el seno del rock más oscuro y menos comercial.
En 1983 se refundaron como The Bad Seeds, con altos instrumentistas como Mick Harvey, Barry Adamson o Blixa Bargeld. Arrancaron con From Her to Eternity, The Firstborn Is Dead y Kicking Against the Pricks y han ido acumulando una larga lista de discos, siempre respetados por la crítica.
Sorprendió Cave el año pasado con su proyecto Grinderman, que parece fue la pista de aterrizaje para la vuelta de Bad Seeds con el nuevo disco Dig!!! Lazarus Dig!!!, que ahora presenta en gira europea. Un adiós al piano y un retorno a la pasión más guitarrera. Por eso rechazó el Kursaal y pidió un local sin asientos.
El nuevo disco del grupo se publicará el 3 de marzo y lleva por título 'Dig, Lazarus, Dig! La Biblia y la religión', desde un punto de vista más dramático y humano que devoto, ha sido siempre una fuente de inspiración importantísima para Nick Cave, y lo vuelve a ser en este disco, continuación del doble Abattoir Blues/ Lyre of Orpheus que editó hace tres años y fue seguido de una gira que colgó el cartel de entradas agotadas en cada concierto.
«Desde niño me ha perturbado, incluso traumatizado, la historia de Lázaro, y me preguntaba cómo se sentía él al volver de la tumba», explica Nick Cave. El nuevo single, que lleva el mismo título que el álbum, se publica el 18 de febrero, pero el vídeo ya se puede ver en la red.