Después de dos días de venta ralentizada, el americano cuelgó el cartel de 'no hay billetes'.
Las 1.786 localidades disponibles para ver al norteamericano Tom Waits en el auditorio Kursaal el próximo 12 de julio se agotaron en dos días. Tras un chorreo incesante de llamadas, las 800 entradas que aún quedaban a la venta en la segunda jornada se vendieron sin mayores apuros. Nada extraño a juzgar por la categoría del intérprete que, desde el anuncio de su visita a San Sebastián, ha ido generando una expectación pasmosa.
Los problemas iniciales con el procedimiento de la venta de entradas mejoraron a medida que pasaban las horas, al parecer por una mayor tranquilidad de los interesados que, sabiendo que todavía quedaban localidades por vender, se tomaron la compra con mayor sosiego.
Y es que no estamos hablando de un concierto cualquiera. Waits atesora un bagaje musical reconocido por la crítica especializada, que no duda en elevarlo a la categoría de grande del rock. Su inconfundible voz lijosa llenará el Kursaal en uno de los escasos quince conciertos que tiene programados para su gira europea Glitter and Doom.En este concierto Waits tocará acompañado de Larry Taylor (bajo), Omar Torrez (guitarra), Patrick Warren (teclados), Casey Waits (batería y percusión) y Vincent Henry (saxo, armónica y guitarra).
Sólo recordar a los propietarios de las entradas que deberán personarse con el DNI y la tarjeta de crédito en las taquillas dos horas antes del concierto. Medidas impuestas por el propio Waits con la intención de evitar la reventa de entradas. Pese a todo, conciertazo asegurado.